Campaña: El amor romántico perjudica seriamente la salud.

Con motivo del 14 de febrero lanzamos la campaña “Mitos y realidades del amor romántico” El amor romántico perjudica seriamente la salud. 

Con ella lanzamos mediante redes sociales una serie de mensajes que tratan de hacer ver a los y las jóvenes la falsedad de los mirtos sobre los cuales se construye su idea de amor. Estas mensaje en redes sociales se ha visto acompañado de un TEST en el que pueden comprobar por ellas y ellos mismos el grado de conocimiento respecto a estos mitos.

A continuación, y a modo de resumen, explicamos la vinculación entre el amor romántico y la violencia machista en base a los resultado de un estudio desarrollado por Delegación de Gobierno para la violencia de género.

EL “AMOR ROMÁNTICO Y LA VIOLENCIA DE GÉNERO”

Los estereotipos u arquetipos de género entre la población joven y adolescente siguen estando muy presentes, no hay más que acercarse al último estudio sobre “Percepción de la violencia de género en la adolescencia y en la juventud” de la Delegación de Gobierno para la violencia de género, y comprobar cómo los estereotipos de género relacionados con la violencia de género continúan en nuestra sociedad y en concreto en la población joven:

“Que el 40% de las y los jóvenes de 15 a 29 años tienden a exculpar al “agresor” al considerar que los agresores tienen alguna enfermedad mental y el 38% considera que hay más agresores entre los extranjeros que entre los españoles.

Así mismo el 39% y un 35% de hombres y mujeres respectivamente, están “muy o bastante de acuerdo” con que, “si las mujeres sufren maltrato es porque lo consienten”.

Con respecto a la tolerancia ante la violencia se puede ver que, aunque el 96% de las mujeres y el 92% de los hombres en esta franja de edad consideran “totalmente inaceptable la violencia de género”, un 8% de este grupo no rechaza la violencia y un 5% entre 25 y 29 años tampoco. Aumentando al 10 % si es población no española.

Se observa así mismo que existen dificultades para identificar claramente los comportamientos que constituyen maltrato:

“La violencia física y sexual es rechazada por el 97% de la juventud y la adolescencia. El 93% considera totalmente inaceptable la violencia verbal, aunque hay que destacar que de 15 a 17 años un 10% considera aceptable este tipo de violencia.

Únicamente el 67% considera inaceptable la violencia de control. Uno de cada tres jóvenes de 15 a los 29 años considera inevitable o aceptable en algunas circunstancias “controlar los horarios de la pareja, impedir a la pareja que vea a su familia o amistades, no permitir que la pareja trabaje o estudiar o decirle las cosas que puede o no puede hacer”.

Cuando se pregunta de forma global de violencia de género las mujeres más jóvenes la rechazan en mayor porcentaje que el resto de grupo de edad, un 96% frente al 92% del total. Sin embargo, al tratar ítem concretos resultan ser las mujeres menos críticas con la violencia de control, un 32% considera aceptable estas conductas de control frente al 29% de la población general femenina.

Cuando a los varones jóvenes de entre 15 y 29 años se les cuestiona de manera global por la violencia de género, estos lo rechazan en menor medida 92% la consideran totalmente inaceptable mientras que los hombres de entre 30 y 59 años (94%)

Igualmente, que el caso anterior un 34% de los varones jóvenes consideran aceptables conductas de control frente al 70% del total de hombres. Si hacemos una interpretación de los datos aportados podemos ver que uno de cada tres jóvenes no identifica las conductas de control como una forma de violencia, normalizando dichas conductas en sus relaciones afectivas y no identificándolas como una forma de maltrato.

Una posible explicación la podríamos encontrar en que muchas de las conductas y comportamientos que justifican la violencia de género están imbricadas en algunos de los mitos relacionados con “amor romántico”.

RELACIONANDO CREENCIAS Y MITOS

Todos estos mitos expuestos anteriormente, son la base de las creencias que dan lugar a conductas de control y como consecuencia relaciones de desequilibrio de poder en las parejas. En nuestra práctica con adolescentes y jóvenes, hemos detectado que aparecen con más frecuencia los siguientes mitos:

  • Falacia de cambio por amor y mito de la omnipotencia del amor

Estos dos mitos según nuestra práctica, están muy relacionados ya que la capacidad de él “amor “lo puede todo incluso cambiar de manera “mágica” a las personas. Está muy presente en la cinematología más actual.

  • Normalización del conflicto

En algunas ocasiones las relaciones se sustentan en “conflicto” siendo éste el que da sentido a la misma, perpetuándose en el tiempo.

  • Mito de la compatibilidad del amor y el maltrato

Otra de las creencias muy arraigadas es que el sufrimiento es una muestra de amor hacia la otra persona.

  • Creencia en que el amor “verdadero” lo perdona/aguanta todo

La capacidad de amar haría distintos tipos de maltrato fuesen tolerados y disculpados, ya que el perdón “incondicional” es uno de los valores que subyace como elemento del amor verdadero

  • Falacia del emparejamiento y conversión del amor de pareja en el centro y la referencia de la existencia. El amor se convierte en el único eje del sentido de la vida, así la pareja será el/la mejor acompañante, la mejor amistad, confidente,…
  • Atribución de la capacidad de dar la felicidad. La atribución que la felicidad propia depende exclusivamente del mantenimiento de la relación con “el otro”
  • Falacia de la entrega total. Potencia relaciones en las que no hay condiciones, pactos ni límites para preservar la autonomía personal
  • Creencia de entender el amor como despersonalización. Favorece la anulación de la identidad personal
  • Creencia en que si se ama debe renunciarse a la intimidad. La intimidad y privacidad se relacionaría con la ausencia de confianza en “el otro”, y no como un derecho personal, prevaleciendo el derecho del “otro” a invadir la vida personal en lo más cotidiano como las conversaciones telefónicas, correo,….
  • Mito de los celos. Se vive como una muestra de “amor”, se normaliza en las relaciones, encubriendo sentimientos de inseguridad y temor a la perdida.
  • Mito sexista de la fidelidad y de la exclusividad. En adolescentes y jóvenes existe una discrepancia entre las creencias y exigencias de fidelidad demandadas y en ocasiones impuestas al otr@, y el comportamiento propio al mantener más de una relación simultánea.

RELACIONANDO MITOS Y COMPORTAMIENTOS

Los mitos del “amor romántico” se reflejan en una serie de comportamientos que en muchas ocasiones están normalizados por parte de las personas jóvenes y adolescentes:

  1. Con las nuevas tecnologías
  • Considerar el móvil de tu pareja como “el propio”, y por tanto cogerle sin permiso
  • Considerar que es prueba de “confianza” saber las contraseñas ya que si no se oculta “algo
  • Disponibilidad del “otro” en todo momento y si no se produce la perdida de “confianza”
  • Querer conocer tus contactos
  • Intentar controlar las comunicaciones con otras personas, el tiempo empleado
  • Grabar sin permiso
  • Distribuir fotos o mensajes privados
  • Cambiar los perfiles y recriminar sino te das cuenta
  • No dar al “like” cuando se sube una foto y sea motivo de conflicto
  • Control de “seguidores” en redes sociales
  • Enfado si no se sabe “porque no te gusta algo”
  1. Comunicación
  • Enfado si no se sabe “porque no te gusta algo”
  • Cuando se pretende que se adivine los sentimientos sin expresarlos
  • Culpabilización de las situaciones cuando no salen como se espera
  • Criticar las opiniones o tu forma de pensar
  • No tiene en cuenta tus sentimientos
  • Evitar expresar lo que se siente o piensa por miedo al conflicto que pueda generar o a la ruptura
  • Necesidad de poner la última palabra u opinión en cualquier ámbito
  • Desinterés por las cosas que se cuentan o darle un valor menor que las propias
  • Desautorización en público principalmente delante del grupo de iguales
  • Considerar que no tienen que existir secretos, reclamar el conocimiento de tus experiencias previas a la relación
  1. Aislamiento
  • Ocio solo en pareja
  • Apartar de las amistades que no sean del agrado de la pareja
  • Cuestionar las amistades
  • Necesidad de control de los tiempos de relación con otras personas
  • Invasión en las actividades cotidianas alegando apoyo a las mismas
  • Falta de confianza, comprobando lo que cuentas, vigilar
  1. Manipulación emocional
  • Responsabilizarte de su bienestar emocional como “si cortas conmigo no lo puedo soportar”, “solo me siento bien cuando estoy contigo”
  • Controlar la forma de vestir, de hablar
  • Tener relaciones no deseadas a petición de la pareja
  • Supervisar constantemente las acciones como “muestras de amor”
  • Engaños y mentiras
  • Insistencia constante hasta conseguir lo propuesto
  • Acusar de flirteos
  • Decir “que no vales para,… no sabes de….” Yo soy mejor y sé que…..”
  • Culpabilizar de la falta de control personal “Me estas provocando para que,….”
  • Provocar sentimiento de lástima
  1. Violencia física y/o verbal
  • Burlarse, insultar, ridiculizar
  • Zarandear
  • Golpear, lanzar objetos ante situaciones conflictivas
  • Humillar
  • Forzar a mantener prácticas sexuales que no se desean
  • Imponer en que momentos y donde se mantienen prácticas sexuales, como por ejemplo en la discotecas, parque
  • Agresión de diferente magnitud física, pegar, empujones

A MODO DE CONCLUSIÓN FINAL

  • En las relaciones afectivas donde además de afectos se incluye la sexualidad, subsisten los estereotipos de género, estableciendo responsabilidades diferentes en función del género en las relaciones y en la pareja.
  • Se generan relaciones asimétricas en el rol asignado, donde “lo femenino” sigue subordinado a “lo masculino”.
  • Estos estereotipos son construcciones sociales ya que responden a un “modelo social imperante”, y por tanto modificables, reconocibles y transmitidos por la publicidad y los medios de comunicación entre otros actores y medios de socialización.
  • Estos “arquetipos” parecen ser especialmente visibles en las relaciones que establecen las personas jóvenes y adolescentes en las edades de 14 a 15 años.
  • La identificación del amor con el sufrimiento, presente desde las canciones que se escuchan hasta las películas especialmente de corte juvenil, ponen a las jóvenes en una situación de perpetuación del mito del amor romántico, estando dispuestas a mantener su relación de pareja aunque se sufra.
  • El placer y el peligro condicionan las relaciones afectivas y sexuales establecidas en la adolescencia y juventud.
  • Las diferencias que podemos encontrar en los distintos estudios sobre el tema, tiene su origen tanto en la metodología como el foco de interés del análisis que se quiera realizar. Si analizamos el “discurso formal”, vemos que según se avanza en la edad, no se refleja las actitudes y creencias primarias que está impregnado en las edades más tempranas, 14 a 16 años.
  • Teniendo en cuenta el “discurso políticamente correcto”, en la práctica con jóvenes y adolescentes, si nos limitamos a preguntar sobre la violencia en general o relaciones de pareja, tod@s la rechazarán en el primer caso y es solamente cuando exploramos con actitudes y acciones concretas de su vida cotidiana cuando nos podemos acercar a la persistencia de estos estereotipos y conductas de control:
  • La infidelidad también hay diferencias de género, se justifica para los chicos por su naturaleza o pulsión y se culpabiliza a las chicas por seducir a un chico que ya tenía pareja, en éste caso, la seducción pasa a ser considerado como un acto premeditado de tracción.
  • A pesar de que las jóvenes mantienen relaciones “no estables” de manera más amplia que hace años, se continúa haciendo una atribución positiva, como un “valor social” de éxito en el caso del joven y no así en las jóvenes.
  • El “atractivo físico” en las relaciones es un “valor” en sí mismo y no tanto la autonomía y el proyecto vital independiente.
  • Las conductas de “acoso” o “coacción” sexual, no se identifican como violencia de género, las creencias sobre la sexualidad masculina basadas en el instinto y pulsión irrefrenable, pone a las jóvenes “ante la presión del encuentro sexual” como forma de complacer “al joven deseado”. En los jóvenes la creencia de él “no” es un “sí” y la imposibilidad de suspender o aplazar un encuentro ya iniciado, le lleva a la no identificación de un acto de poder.

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