Desde el Barrio Más Joven con motivo del día internacional de la salud mental, lanzamos esta campaña para llamar la atención sobre la importancia de la salud mental en l@s jovenes. Desde este proyecto apostamos por la promoción de la participación de los y las jóvenes en los espacios asociativos y comunitarios de sus barrios como elemento beneficioso a nivel de salud mental, a lo largo de nuestra experiencia hemos podido comprobar como para los y las chicas, formar parte de procesos sociales y comunitarios ayuda de impedir el desarrollo de la depresión y otros trastornos emocionales.
Un estudio realizado en la City University of New York Graduate School of Public Health & Health Policy examinó la prevalencia de la depresión en la población que participó en diferentes iniciativas asociativas. La investigación arrojó los siguientes datos, de las 1,170 personas jóvenes encuestadas. La mayoría (un 37%) resultó ser resiliente, un 22% fue resistente, mientras que con depresión moderada sólo se calificó a un 8%.
Las dos conclusiones principales de la investigación son las siguientes:
– Los y las jóvenes que encontraban una identidad más colectiva y solidaria, alejada de los patrones individualistas de nuestra sociedad, generaba mejores datos respecto a la prevalencia de depresión y otros trastornos psíquicos.
– Los y las jóvenes que participan en dinámicas asociativas encuentran la posibilidad de obtener aquello que falta en otros ambientes, ya sean laborales, familiares o escolares.
La participación de jóvenes en ámbitos asociativos está acompañada de fuertes y muy positivas emociones, orientadas a motivaciones y finalidades colectivas en torno a la emancipación, la dignidad y una mejor calidad de vida para todos, lo que en sí constituye una actitud empática que en pocos lugares puede desarrollarse. De este modo, las relaciones de los jóvenes que se vinculan con procesos asociativos y participativos, suelen ser de lazos afectivos más estables; además, existe mayor lealtad y solidaridad entre sus miembros.
La pandemia ha traído a la vida de niños, niñas y adolescentes nuevas preocupaciones, miedos, infelicidad y ha puesto de manifiesto la magnitud de los problemas de salud mental que sufren los niños y niñas en nuestro país. Así lo corroboran los datos de @savethechildren_es en su informe “Crecer Saludable(mente). Un análisis sobre la salud mental y el suicidio en la infancia y la adolescencia”: los trastornos mentales han aumentado del 1,1% al 4% en niños, niñas y adolescentes de entre 4 y 14 años y del 2,5% al 7% en el caso de los trastornos de conducta, en comparación con los últimos datos oficiales disponibles de la Encuesta Nacional de Salud (ENS) de 2017. 
El citado informe advierte que un 3% de niños, niñas y adolescentes han tenido pensamientos suicidas este año y de la saturación de los servicios de salud mental infantojuveniles.
Los niños, niñas y adolescentes que viven en hogares con bajos ingresos tienen una probabilidad 4 veces mayor de sufrir trastornos mentales y/o de conducta que los de hogares de renta alta.
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